Oscar con sabor amargo

Por Claudio Pelaez Sordo

AmArgo

AmArgo

El recién galardonado filme Argo como mejor película en la gala de los Oscar ha dejado un sabor amargo que comenzó con el Globo de Oro a mejor filme y director entregado por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood. Esto pone a cuestionarse una vez más el papel que tiene Hollywood como industria no solo del entretenimiento. Igual sucedió ya en el 2010 cuando The Hurt Locker, el filme de Katheryn Bigelow también se alzó como mejor película ante Ávatar, de James Cameron.

Con The Hurt Locker, Katheryn Bigelow se convirtió en la primera mujer en obtener una estatuilla de la Academia hollywoodense en la categoría de mejor dirección. Pero el filme de la Bigelow no era mejor que Avatar. Nunca. Ni en actuaciones, ni en fotografía, ni en dirección, ni en nada. Sin embargo parece que las cosas estaban bien claras para premiarla como mejor filme. La orientación había bajado de arriba. Más allá del morbo que generaba que Katheryn Bigelow y James Cameron hubiesen sido ex esposos y estuviesen compitiendo por las mismas categorías de mejor película y mejor dirección, además de tener igual cantidad de nominaciones –nueve-.

En aquel entonces The Hurt Locker generó comentarios críticos, incluso  de veteranos de la guerra de Irak que estuvieron allí. Brandon Friedman, veterano de Iraq y Afganistán expresó que “El filme es una bien realizada producción, con alta tensión y acción, que sin duda mantendrá a los espectadores al borde de sus asientos. Pero si usted conoce el Ejército, o sobre las operaciones, o la vida en Iraq, sentirá exasperación por las escenas absurdas y la confusa trama, que le arruinará el interés por el filme, como me ocurrió a mí.”

Tres galas de Oscar después, la fórmula se vuelve a repetir. Pero esta vez le ha tocado a Irán y no por cuestión de sorteo. El sentido común de alguien que intentara evitar los conflictos a toda costa indicaría que, teniendo en cuenta el contexto actual de las relaciones entre Irán y Estados Unidos, lo mínimo que pudiera hacerse es evitar un filme donde ineludiblemente se va a ofrecer una visión parcializada sobre cualquier tema donde esté el contrario.

Y si el hecho escogido es tan delicado como la conocida Crisis de los Rehenes, situación que llevó a la ruptura de las relaciones Irán-Estados Unidos hasta el sol de hoy, queda claro entonces el marcado interés que se tiene de brindar una versión parcializada, manipulada, limitada.

A Argo no le han faltado sus críticas. Le han sobrado. Y no solo del gobierno iraní que ya anunció un filme que contará la historia real, incluido seguramente el  fracaso de la Operación Eagle Claw donde perdieron la vida ocho militares estadounidenses y provocó la renuncia del Secretario de Estado de Estados Unidos Cyrus Vance. Mark Lijek, quien formó parte de los 6 rescatados en los que se centra la película, expresó su preocupación  sobre el hecho de que los espectadores crean que así fueron los sucesos y remató diciendo: “Es una lástima, aunque Affleck y el guionista no son responsables de nuestra incapacidad por enseñar historia”.

Si a todo lo anterior le sumamos que la entrega a la mejor película la realizó la primera dama Michelle Obama vía satélite desde la Casa Blanca, dudaremos cada vez más de la calidad cinematográfica de Argo como para imponerse ante filmes como Django Unchained, Lincoln y La vida de Pi. Los primeros que no se creen que Argo se merecía el Oscar a mejor filme son los que formaron parte del jurado. Quizás por ello prefirieron que fuera la primera dama quien entregara el premio y así dejar bien claro, muy sutilmente, que el premio no lo estaban otorgando ellos.

Irak, Irán… no me cabe la menor duda de que en los próximos cinco años vendrá otro filme sobre Siria, Libia o algún otro país que les resulte un hueso duro de roer. La guerra no puede ser solo con armas de fuego. Es necesario crear una opinión pública que respalde cada acción.

Resulta iluso creer que The Hurt Locker o Argo solo quieren contar un pasado. Saben bien que su principal intención es construir ese sentimiento de repulsión contra el iraní, el iraquí y aquel que no esté dispuesto a dejarse meter el pie por el gobierno estadounidense.

Estoy seguro de que este comentario no ha dicho nada nuevo. Más bien ha degustado sobre amargo porque todos seguiremos yendo en busca de los filmes que premie Hollywood y sus argonautas, quienes ya no son más protegidos por la diosa Hera, sino por un poder terrenal mucho más peligroso que quiere a toda costa el vellocino de oro.

Nuestro pecado sería ver solo lo que produce Hollywood, quedarnos con su versión de la Crisis de los Rehenes, desistir de publicar este comentario o dejarnos manipular como si fuésemos unos tontos.

2 comentarios

  1. Edell Escalante

    Pues fíjate Claudio, que sí soy de la opinión que has aportado algo novedoso en el post este, lo primero: Decir las cosas claras en torno a las intenciones político -ideológico – comerciales de la Academia, cada vez con intenciones muy marcadas… Esto aunque te parezca que la gente lo da por sentado, «hace mucho tiempo están de pie» no estés tan seguro que hay una conciencia crítica que dé soporte a este análisis y sobre todo que siga el curso de este mundo del espectáculo… Lo segundo que me parece interesante es subrayar, resaltar las motivaciones subterráneas de estas decisiones que finalmente son indicadores existenciales de las manipulaciones a las que somos sometidos cuando damos una lectura superficial o nos convertimos en espectadores pasivos de este mundo efectista

    5 de marzo de 2013 en 11:30 AMMar

    • No nos podemos dejar idiotizar por la industria que no es nada ingenua en lo que aparentemente hace por pura casulaidad.

      5 de marzo de 2013 en 11:30 PMMar

Replica a claudinhoexplosivo Cancelar la respuesta